sábado, 22 de diciembre de 2012

domingo, 2 de diciembre de 2012

Dedicada a ti.









Hoy voy a dedicarte a ti esta entrada, en exclusiva, solo para ti. Tú, el de esa moto que hoy me pasó a gran velocidad cuando yo estaba parado en un semáforo arrancándome de cuajo el retrovisor derecho de mi coche. Solo para ti, hijo de la gran puta,  que ni siquiera te paraste,  todo lo contrario, aceleraste aun mas para que no pudiera darte alcance.

Es una pena, ahora sabiendo cual iba a ser tu reacción.  No me hubiera importado tener algún daño mas en el coche, te lo digo sinceramente, con tal de ver tu brazo colgando de los restos del maltrecho retrovisor. Creo que incluso te hubiera ido a ver al hospital  y, si me apuras, me estrujaría bien la cabeza buscando una bonita dedicatoria para escribirte en la prótesis. Imagínatelo, un brazo izquierdo ortopédico precioso, ahora creo que hacen virguerías, que hombre, no tendría la misma funcionalidad que el que tienes pero, para que nos vamos a engañar, tampoco te mereces nada mejor.

No sé qué parte de tu moto o de tu cuerpo impactó contra mi coche. Fuera la que fuese espero que te esté doliendo bien dolido, o por tener que rascarte el bolsillo para arreglarlo, como me va a tocar a mí, o con un buen dolor físico que tarde bastante tiempo en quitársete, o mejor, que te deje secuelas para toda tu puta vida que te recuerden por que fue.

Te dirás que vaya una reacción desmesurada tan solo por un retrovisor roto. La verdad es que no soy muy buen cristiano y no me va lo de poner la otra mejilla, soy más de la ley del Talión, la del ojo por ojo, pero es que, viendo tu reacción ante algo como lo que me hiciste, no dudo que hubiera sido la misma si en vez de ser mi retrovisor lo que te llevaste por delante,  hubiera sido mi hija o cualquier otra persona.

Así que, pedazo de cabrón, ojala pases a engrosar las estadísticas de tráfico en lo que a accidentes de moto se refiere. Es mi deseo navideño para ti, ya que están próximas tan señaladas fechas.