martes, 8 de diciembre de 2015

Donde me lleve el Infierno.



Río Infierno, vuelvo aquí, a recorrer tu orilla, a intentar desprenderme de mis demonios interiores y que tu corriente los aleje de mí.

 Un pequeño viaje en soledad,  intentando sacudir mi  desesperanza con cada pedalada. A buscar los ángeles perdidos, a hablarles, a decirles que un sinfín de sentimientos siguen vivos y se vuelven palpables tras cada revuelta del camino al distinguir el otoñal traje que viste el paisaje,  en cada hoja desprendida de los árboles  al contemplarlas caer lenta y suavemente delante de mí, al escuchar el susurro del agua deslizándose entre las piedras o el fragor de su sonido cuando se estrella contra ellas precipitándose desde la altura.

 Río Infierno, paradójicamente acudo a ti cuando necesito recobrar la paz.