domingo, 21 de noviembre de 2010

Gastronomía porque sí.


Últimamente me está dando por la cuestión gastronómica. No hace mucho, para mí, el comer solo era una cuestión fisiológica, reponer esos nutrientes que serán absorbidos por las células, etc. etc. Pero de un tiempo a esta parte estoy descubriendo el placer de saborear esos alimentos cocinados de diferentes maneras y, no solo eso, también empiezo a encontrarle gustillo a lo de desenvolverse entre cazuelas, morteros y sartenes o a escuchar atentamente las recetas para la elaboración de algún plato, sencillo eso sí.

En mi trabajo, que nada tiene que ver con la gastronomía salvo la comida o cena de Navidad, hay unos buenos gourmets y, a la vez, cocinillas destacados. Las conversaciones sobre este asunto suelen salir de cuando en cuando. Tal vez a fuerza de oírlas me haya entrado un poco ese gusanillo o simplemente haya sido el deseo de disfrutar de un rico plato en buena compañía el detonante. En cualquier caso, aquí esta una afición incipiente.

Uno de estos compañeros tiene en la cocina, además de en la fotografía, su lugar de desahogo espiritual, combinando en ella lo tradicional y lo vanguardista.

Os pongo su página web, pues veo que sois varios los que disfrutáis moviendo la mandíbula, por si intentáis emular a Adrià y compañía.


Buen provecho.

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