Rememorar.

Si, tal vez tengas razón. Lo importante son los hechos, no la fecha que marcaba el calendario cuando sucedieron. Lo importante es recordarlos cuando el hacerlo remueva algo en nuestro interior, no porque la hoja del almanaque indique que pasaron 10 meses, 5 años o 21 siglos. Lo importante es lo acontecido no si fue un viernes o un martes, un agosto o un diciembre, en 1654 o en 2006, San Valentín o Navidad.

Pero de alguna manera hay que reflejar la importancia de que aquello que ocurrió sigue presente a pesar de las imparables manecillas del reloj. El tiempo tiende a borrar los recuerdos y cada día que transcurre sin que venza el olvido ya supone una celebración. De algún modo hay que resaltar especialmente la importancia de esa suma de días, meses o años representándolos en una fecha en concreto que evoque el pasado.

 Seguro que hasta tal día como hoy alguien tendrá algo importante que conmemorar.

 

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