sábado, 21 de septiembre de 2013

Por el valle minero de Turón.



 
Mi bicicompañero Roberto lleva un tiempo preparando una ruta por su valle, ese que le vio nacer, crecer y, más tarde, trabajar en sus mismas entrañas, en las minas que, de oeste a este, lo recorren por su interior arrancando el negro mineral que alberga en su seno.

Recién comenzado este mes de septiembre me invitó a explorar con él el recorrido que tenía preparado. El día era esplendido, una mañana despejada y una temperatura muy agradable.

Comenzamos la ruta prácticamente a la puerta de su casa, en Turón. Nos reciben esos primeros metros con varias rampas en zig zag para salvar una antigua escombrera y alcanzar el sendero señalizado PR AS 100.1 .
 
 

El camino iba en suave ascenso, cobijado bajo la espesura de los bosques autóctonos, salpicado aquí y allá todo el recorrido por vestigios que nos recuerdan que estamos en una zona minera, maquinaria, líneas férreas, puentes, bocaminas,  edificios , calicatas y hasta alguna que otra veta de carbón se deja ver. El ritmo era tranquilo, saboreando el paisaje y escuchando las expertas  explicaciones que Roberto iba dando.




 

Bajamos a ver el pozo Fortuna, utilizado en la Guerra Civil como fosa común y hoy monumento a todos aquellos represaliados.
 
 

Volvemos a subir para retomar el sendero, vemos la sala de maquinas donde antiguamente reparaban las locomotoras  y pasamos los túneles de Biesca y los Pisones, los puentes  ferroviarios de hierro de Arnizo y los Pisones.
 


 
 


 

Unas subidas algo más pronunciadas y llegamos al Pozu Mosquil, donde  las ruinas de su edificio administrativo nos reciben. También vemos allí como eran las duchas  antaño, al aire libre y el agua sin ningún tipo de caldeo, donde los mineros se libraban de la negra pátina que cubría su piel a la salida del tajo.
 





 

Continuamos ascendiendo, cada vez un poco más pendiente pero a un ritmo cómodo. Cruzamos el pueblo de la Güeria y nos dirigimos a la Colladiella. Casi llegando a ella paramos en un recodo para contemplar el valle de Laviana con Peñamea presidiéndolo.


 
 





Pasada la Colladiella, y dejando atrás el monumento a los guerrilleros , el monumento a los mineros y una nueva bocamina visitable en sus primeros metros, cambiamos de vertiente del valle,  cruzamos la campa les Abeyes y bajamos al pueblo de San Xusto con su capilla milenaria y uno de los primeros asentamientos humanos en el valle de los que se tienen constancia.
 











 

De nuevo retornamos al camino del que nos habíamos desviado y nos dirigimos al Picu Polio, punto más alto de todo el recorrido. Desde sus 1651 m. de altura la vista se perdía en el horizonte sin apenas obstáculos, hacia el norte era visible el superdique de El Musel y el mar Cantábrico, hacia el oeste la sierra del Aramo y las antenas de tv del Gamoniteiru destacándose en su cumbre.





Ahora, ya todo en descenso,  descubrimos un sendero muy prestoso que nos llevó de nuevo a Turón.

Una ruta magnifica, preciosa, que nos revela el pasado rural y minero de todo el valle. Con la compañía, además, de un guía excepcional y mejor amigo que me concedió el honor de compartirla conmigo.

Creo que no tardando mucho nos citará a todos los Repechinos para disfrutarla, así que estad atentos.

3 comentarios:

CIMAFERMIN dijo...

Pues a ver cuando vamos a picar a la mina,que ya tengo preparau el martillu

willy dijo...

Una bonita crónica y una ruta que ya nos puso los dientes largos. Haber. Cuando la podemos disfrutar.
Cuando la hagamos voy a "copiar y pegar " esta crónica porque tiene muchos nombres para recordar y la memoria no es lo mío. Jejejeje
Genial. Jose.

Dani Linux dijo...

Muy buena ruta y buena crónica!
Aunq sigo pensando q la foto con Rober dentro de la locomotora ye photoshop :P

Un saludo ;)