Como dice el titulo de una película, amanece que no es poco
y ya era domingo. No habían sido muchas las horas de sueño y a las 9 de la mañana estábamos encima de las
bicis otra vez. A mi particularmente, mis posaderas me recordaban
las horas sobre el sillín del día anterior, pero con las primeras pedaladas
todas las molestias desaparecerían.
En esta jornada nos dirigíamos a la parte sudoeste del
concejo de Sober. La ruta sería algo más corta que la del día precedente y
bastante menos exigente. Así como el día anterior los protagonistas habían sido
los bosques de robles y castaños, los viñedos y un par de fuertes desniveles,
esta vez serian los pinos, que tapizaban los caminos con su alfombra de agujas,
los molinos de agua y, sobre todo, el rio Sil y sus impresionantes cañones , que nos flanquearon
durante buena parte del recorrido y a los que nos asomamos desde varios
miradores.
Al final hubo que forzar un poco la marcha porque en
Monforte teníamos una cita ineludible con unas cuantas raciones de pulpo a feira con el que dimos colofón a
este fin de semana.
Os dejo otro video con algunas imágenes de la jornada.
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