sábado, 8 de mayo de 2010

Ha sido un placer.

Ya ni me acordaba de cuando había sido la última vez. Llevábamos deseándolo desde tiempo atrás, surgió la oportunidad y la aprovechamos. Empezamos con cierta inseguridad, estábamos un poco nerviosos, temerosos de que nuestras expectativas se vieran frustradas. Poco a poco la confianza se fue apoderando del momento y nos dejamos llevar. Puede que el lugar no fuera el más adecuado pero no nos sentimos demasiado incómodos, nos olvidamos del resto del mundo y disfrutamos de aquellos instantes. Confieso que en algún momento sentí que sería incapaz de dar la talla pero creo que lo hice de una forma, digamos, aceptable, aunque no soy yo quien debe valorarlo. Como suele ocurrir, el tiempo pasó volando, pero al acabar mostrábamos una sonrisa en nuestras caras cuando nos mirábamos. No fumo, si lo hiciera, seguro que habría encendido un cigarrillo, como es costumbre al terminar.


Surgió entonces la prisa, teníamos que recoger todo y que quedase tal como lo habíamos encontrado, además ya era la hora de irnos cada uno a nuestras casas y nos habíamos alargado un poco más de la cuenta. Fue realmente placentero, no era nuestra primera vez pero lo vivimos casi como si así fuera.

El encuentro trajo también algún inconveniente, pero apenas resulta una molestia y además merece absolutamente la pena. Estamos deseando que llegue la próxima vez y que esas ganas que tenemos no se vayan diluyendo con el tiempo.

¡Que reencuentro! Todavía recuerdo algunas de las frases que dijimos.

A veces la vida da otras oportunidades y no se deben dejar escapar, hay que aprovecharlas al máximo, exprimirlas hasta que no puedan dar más de sí, disfrutarlas, gozarlas segundo a segundo, que dejen en nosotros todo lo que esperamos y que sepamos aprovecharlo y apreciarlo en un futuro.

¡Esta semana he empezado a acudir de nuevo a clases de Inglés! La empresa en la que trabajo nos ha brindado esa oportunidad. Después de años sin practicar la lengua de los hijos de la pérfida Albión, tengo la ocasión de quitarme una pequeña frustración que tenía desde mis tiempos de estudiante. A pesar de los “deberes que nos impone la profe”, tanto mis compañeros como yo, recibimos estas lecciones con interés renovado.

¡Vuelvo a sentirme como en aquellos años de juventud!





2 comentarios:

CIMAFERMIN dijo...

Como no saques buenas notas,no te vamos a dejar salir en bici los domingos.

Jose Luis dijo...

Jose, que sustu, cuando lo empecé a leer pensé que era otru idioma.