Surgió entonces la prisa, teníamos que recoger todo y que quedase tal como lo habíamos encontrado, además ya era la hora de irnos cada uno a nuestras casas y nos habíamos alargado un poco más de la cuenta. Fue realmente placentero, no era nuestra primera vez pero lo vivimos casi como si así fuera.
El encuentro trajo también algún inconveniente, pero apenas resulta una molestia y además merece absolutamente la pena. Estamos deseando que llegue la próxima vez y que esas ganas que tenemos no se vayan diluyendo con el tiempo.
¡Que reencuentro! Todavía recuerdo algunas de las frases que dijimos.
A veces la vida da otras oportunidades y no se deben dejar escapar, hay que aprovecharlas al máximo, exprimirlas hasta que no puedan dar más de sí, disfrutarlas, gozarlas segundo a segundo, que dejen en nosotros todo lo que esperamos y que sepamos aprovecharlo y apreciarlo en un futuro.
¡Esta semana he empezado a acudir de nuevo a clases de Inglés! La empresa en la que trabajo nos ha brindado esa oportunidad. Después de años sin practicar la lengua de los hijos de la pérfida Albión, tengo la ocasión de quitarme una pequeña frustración que tenía desde mis tiempos de estudiante. A pesar de los “deberes que nos impone la profe”, tanto mis compañeros como yo, recibimos estas lecciones con interés renovado.
¡Vuelvo a sentirme como en aquellos años de juventud!
2 comentarios:
Como no saques buenas notas,no te vamos a dejar salir en bici los domingos.
Jose, que sustu, cuando lo empecé a leer pensé que era otru idioma.
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