martes, 8 de diciembre de 2015

Donde me lleve el Infierno.



Río Infierno, vuelvo aquí, a recorrer tu orilla, a intentar desprenderme de mis demonios interiores y que tu corriente los aleje de mí.

 Un pequeño viaje en soledad,  intentando sacudir mi  desesperanza con cada pedalada. A buscar los ángeles perdidos, a hablarles, a decirles que un sinfín de sentimientos siguen vivos y se vuelven palpables tras cada revuelta del camino al distinguir el otoñal traje que viste el paisaje,  en cada hoja desprendida de los árboles  al contemplarlas caer lenta y suavemente delante de mí, al escuchar el susurro del agua deslizándose entre las piedras o el fragor de su sonido cuando se estrella contra ellas precipitándose desde la altura.

 Río Infierno, paradójicamente acudo a ti cuando necesito recobrar la paz.


3 comentarios:

CIMAFERMIN dijo...

Una temporada en el infierno sienta a todo el mundo bien,otra cosa es los que vivimos permanentemente en el ya que no encontramos ninguna paz fuera de las calderas de Pedro Botero.

bluetomate dijo...

Muy chulo amigo. Yo soy también de los que el infierno lo sienten como algo propio. Un abrazo

Roberto dijo...

Envidia sana.