martes, 28 de septiembre de 2010

MAQUINAS DEL TIEMPO III

-Reloj de arena-


Es un instrumento mecánico cuya función es medir visualmente un determinado transcurso de tiempo desde que comienza a caer la arena del receptáculo superior al inferior, por efecto de la gravedad, hasta que finaliza de hacerlo.

Hoy en día, debido al avance de la medición del tiempo, los relojes de arena se fabrican con fines más bien decorativos.

Con la caída continua de la arena, son los que más visiblemente reflejan, el fluir constante del tiempo, adquiriendo cierto valor simbólico.

Que el depósito superior esté casi lleno, hace referencia al inicio de la vida, mientras que cuando el depósito inferior tiene mitad de arena significa edad adulta y cuando en el superior hay poca arena representa la proximidad de la muerte.





-Reloj de fuego-



Es un dispositivo usado en la antigüedad para medir el tiempo, basado en el consumo regular de algún tipo de combustible, generalmente cera. En este caso se compone de una vela del grosor y longitud adecuada y una escala que puede estar incorporada a la propia vela o no, a modo de registro. El borde de la vela al fundirse la cera con el paso del tiempo, va disminuyendo gradualmente de tamaño e indicando en la escala, distintos espacios de tiempo.

Un dispositivo adicional consistía en colocar la vela sobre un cuenco y a una altura determinada de la vela, una bola. El consumo de la vela con el paso del tiempo, permite que la bola se libere y caiga sobre el cuenco avisando sonoramente que se agotó el tiempo previamente indicado.

Estos instrumentos no podían dar la hora tal como la entendemos hoy en día, pero si eran validos para, simultáneamente, contar determinados espacios de tiempo, iluminar la estancia donde se encontraba e incluso hacer las veces de despertador y todo ello de una manera silenciosa, algo muy valioso en momentos de estudio, cuidado de personas enfermas, etc.

1 comentario:

Roberto dijo...

El reloj de fuego es muy curioso, en aquella época seguro que no "saltaban los plomos", pero si marchaba la luz el reloj se paraba.
¿Por cierto hace años no era muy habitual que marchase la luz?
Cuando era Guaje en Turón y hacia un poco de aire enseguida quedábamos sin luz, desde el año 96 que vivo en Gijón solo tengo el recuerdo de dos veces. ¡Que coses!